INTEGRACIÓN SENSORIAL

La teoría de la integración Sensorial, desarrollada por la Dra. Jean Ayres, es un marco teórico y clínico, que, a partir de conocimientos de neurociencia, nos proporciona un nuevo ángulo de visión para entender determinadas conductas observadas, así como herramientas de valoración y métodos de intervención para trabajar sobre dichas conductas.

La Integración Sensorial es un proceso neurobiológico e innato que nos permite recibir, organizar e interpretar la información sensorial que recibimos del mundo externo y de nuestro propio cuerpo y poder dar respuestas apropiadas.

La forma en que el niño integra las sensaciones que recibe le ayuda a autorregularse en el entorno, le ayuda a afrontar los retos que se le presentan, le ayuda a crear un plan de acción y a llevarlo a cabo.

La Integración Sensorial es la base del desarrollo de capacidades y habilidades:

    • De juego, motrices, trabajo y sociales.
    • Autorregulación (emociones y nivel de alerta, anticipación a acontecimientos).
    • Interacción con el ambiente físico y social.
    • Compromiso en tareas significativas y con propósito.
    • Construcción de la identidad.

SOBRE LOS SENTIDOS:

Registramos información a través del gusto, oído, vista, olfato y el tacto, pero también recibimos, sensaciones vestibulares (referentes al movimiento y el equilibrio), y sensaciones propioceptivas (referentes a les sensaciones del propio cuerpo que llegan a través de los músculos y las articulaciones).

Existe otro sistema sensorial, el interoceptivo, que hace referencia a aquellas sensaciones relacionadas con nuestros órganos internos, algunos ejemplos son la sensación de hambre, sed, respiración o ritmo cardíaco.

La teoría de la Integración Sensorial se centra especialmente en las sensaciones:

Vestibulares

Nos dan información sobre la posición de nuestro cuerpo en relación con el espacio y la gravedad, hacia donde nos movemos y a qué velocidad.

Una buena integración de estas sensaciones contribuye al desarrollo de la coordinación motora bilateral, la coordinación óculo-manual, tono muscular, equilibrio, orientación espacial y habilidades de lenguaje. De la misma manera influye en la seguridad gravitacional, en el nivel de alerta y en la capacidad de autorregularse.

Propioceptivas

Sensaciones asociadas al tono muscular  que proporcionan información acerca de la conciencia del cuerpo y de la posición de las extremidades. 
Las sensaciones propioceptivas facilitan el desarrollo del esquema corporal, de las habilidades de motricidad fina y escritura, control de la fuerza, planificación motriz, tono muscular en general, estabilidad articular y autorregulación emocional.

Táctiles

Las sensaciones táctiles nos ayudan a conocer el mundo que nos rodea, nos dan información sobre temperatura, textura, dolor o tamaño del objeto que estamos tocando.

Las sensaciones táctiles contribuyen en el desarrollo de habilidades de motricidad fina y juegan un papel especial en la gestión de las emociones, control de la agresividad, desarrollo del vínculo y autoestima.

DESORDEN DE PROCESAMIENTO SENSORIAL

Se habla de un desorden en el procesamiento sensorial cuando hay una falta de capacidad para modular, discriminar, coordinar u organizar las sensaciones y dar una respuesta adapta a la demanda de la situación.

La mejor manera de saber si un niño presenta un desorden de procesamiento sensorial es consultar un profesional calificado, pero a veces algunos comportamientos en nuestros hijos nos pueden dar pistas e indicarnos que algo no está funcionando bien en su procesamiento sensorial. Estos síntomas varían de un niño a otro, y no todos los niños presentan las mismas características.

Estos son algunos de los signos que nos pueden hacer sospechar de un desorden de procesamiento sensorial:

    • Tiene dificultades para estar atento.
    • Tiene rabietas desmesuradas ante cambios de rutina.
    • Muestra baja tolerancia a la frustración.
    • Se muestra cansado a menudo.
    • Tiene unos niveles de actividad muy elevados, le cuesta estar sentado en clase…
    • Tiene problemas de sueño.
    • Tiene un tono muscular bajo (sus músculos parecen blandos).
    • Tiene dificultades de aprendizaje.
    • Tiene problemas de orientación espacial y corporal, parece desorganizado.
    • Parece descoordinado, se cae y se choca a menudo.
    • Tiene miedo a las alturas, no le gustan los columpios.
    • Tiene dificultades para tolerar el estímulo táctil, le molestan las etiquetas de la ropa, que le laven la cabeza, cortar las uñas, tocar la arena, plastilina, pintar con los dedos.
    • Sólo tolera determinados alimentos, mostrando una gran sensibilidad por gustos, texturas, temperaturas u olores.
    • No tiene conciencia del peligro, corre, se choca, escala sin pensar en las consecuencias.
    • Muestra baja autoestima, puede presentar ansiedad.
    • Reacciones exageradas ante el dolor, o por el contrario no nota el dolor.
    • Puede presentar mala letra y dificultades de motricidad fina (recortar, pintar, escribir, abrochar zapatos, etc).

Cifras:

Según estudios publicados entre un 5%  y 16% de la población infantil muestra síntomas de Desorden de Procesamiento Sensorial.
(Ahn, Miller et. al., 2004; Ben-Sasoon, Carter et. Al., 2009)

En grupos de poblaciones concretas como TDAH, autismo, X frágil o superdotación, la prevalencia es superior que en la población general.

Que implica el tratamiento de Integración Sensorial:

Motivación intrínseca y participación activa por parte del niño.
Actividades adaptadas a las necesidades del niño en cada momento, para ofrecer un reto justo.
Tratamiento rico en estímulos sensoriales.
Proporciona éxito, ya que proporciona un reto adecuado para el niño, ni muy fácil ni muy difícil.
Respetuoso con las necesidades del niño.

Que mejoras se pueden observar:

Movimientos más fluidos tanto de motricidad fina como gruesa.
Aumentan las respuestas adaptadas.
Mayor participación en las actividades cotidianas.
Aumento de la autoestima.
Aumento de la interacción social.
Mayor capacidad de autorregulación.
Disminución de las rabietas.
Aumento de la tolerancia a la frustración.
Mejora en la capacidad de atención.